Nuevos hábitos que la pandemia ha traído y que quedarán para siempre

La pandemia causada por el Covid-19 ha traído consigo nuevos hábitos a nuestra vida. El distanciamiento social, el uso de mascarilla o la higiene de manos han pasado a formar parte de nuestra rutina diaria, y muchas de ellas, se quedarán para siempre.

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Calidad del aire

La transmisión del virus por aerosoles, ha generado una importante preocupación por la calidad del aire que respiramos en el interior de los edificios. El uso de medidores de CO2 se ha disparado, así como el uso de purificadores de aire, dispositivos que hasta hace unos meses no eran conocidos por la mayoría de las personas. Según AireHogar, el aumento de estos dispositivos ha crecido considerablemente desde el inicio de la pandemia.

Gimnasios, cafeterías, tiendas, hoteles y todo tipo de negocios han instalado purificadores de aire y generadores de ozono para incrementar la seguridad ante contagios por vía aérea. Una vez comprobada la eficacia de estas medidas contra la Covid-19, es altamente probable que se sigan utilizando. Cabe esperar que, fruto de estos nuevos hábitos, la incidencia de enfermedades infecciosas como la gripe común se reducirá notablemente en los próximos años.

Otro caso de uso destacable es el de las ambulancias y los coches patrulla de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que han empezado a utilizar generadores portátiles de ozono para desinfectar los vehículos compartidos durante un mismo día por varias personas en sus distintos turnos de trabajo.

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Incluso a falta de una regulación específica, numerosos centros educativos a nivel nacional han empezado asimismo a instalar medidores de CO2 para determinar cuándo es necesario ventilar las aulas. Se considera que un ambiente con más de 1000 ppm (partes por millón) de CO2 está muy “cargado” y el riesgo de transmisión de virus por vía aérea es elevado.

Muchos usuarios de todos los dispositivos mencionados se han dado cuenta de que, más allá de la pandemia, respiran un aire de mejor calidad en sus viviendas y lugares de trabajo. Así, observan una mejora en sus afecciones de tipo alérgico, un aire más limpio si viven cerca de fuentes de contaminación como el tráfico, una reducción de partículas aéreas si viven con animales o una sustancial reducción de los olores generados por el tabaco o la comida. Por estos motivos, se estima que la tecnología para el tratamiento de la calidad del aire se va a convertir en un complemento básico y habitual en todo tipo de entornos cerrados, tanto de ámbito doméstico como profesional o de ocio.