La ecología emocional, tanto en el aula como en casa, se consigue a través de diversas estrategias y herramientas como la comunicación, ejercicios, dinámicas o incluso con la lectura. Es importante que desde pequeños los niños y niñas conozcan las emociones, aprendan a identificarlas y a gestionar las mismas. De esta manera mejorará su actitud personal, la autoestima, las relaciones con el entorno y la propia educación.
¿Para qué sirve la ecología emocional?
Incluso en muchas personas adultas existe un desconocimiento de las propias emociones, entonces en los niños es obvio que no saben reconocerlas cuando son muy pequeños. El desconocimiento de estas emociones y no saber de que forma manejarlas nos lleva a comportamientos agresivos, falta de motivación, falta de empatía, pasividad, bajo rendimiento académico.
El origen de problemas emocionales, en muchos casos, es lo que lleva a un desequilibrio en esta balanza imaginaria o en un eje que podemos dibujar en nuestras mentes. Mientras más equilibrado sean nuestros pensamientos más sencillo será reconocer las emociones, ya sean positivas o negativas. Tanto unas como otras tienden a desequilibrar nuestro estado emocional ya sea el amor, la ilusión o la alegría, como la envidia, el miedo, los celos o la ira..
Ecología emocional: el autoconocimiento
Es importante dejar a los niños sentir la emoción que sea, tanto negativa como positiva. Porque no podemos obviar que somos seres pensantes y emocionales, pero si debemos enseñar e identificar lo que significa esas emociones y ponerles un nombre.
La catalogación de las emociones y su explicación hace que aprendamos de ellas y que las reconozcamos al sentirlas. De esta manera podremos gestionarlas cada vez mejor reflexionando sobre ellas y tomando conciencia. Si eres docente es una gran idea hablar en clase sobre este tema e incluso inventar juegos para que nuestro alumnado tenga una buena salud emocional.
Es muy complicado que no entren en nuestras cabezas determinadas emociones, pues como he dicho antes el ser humano es pensante y emocional, pero no debemos olvidar que también es un ser racional. Por este motivo, es bueno conocer tanto las emociones buenas como las más desagradables. La tristeza, el odio o el miedo entran parte de estas últimas emociones y saber manejarlas ayudará a reconducir las vidas.
Por estos motivos, no debemos evitar que entren en nosotros o sentirlas, pues forma parte del ser humano. No se puede evitar sentir las emociones, pero si se pueden acoger, entenderlas (escucharlas de alguna manera) y dejarlas marchar para que no se instalen o enquisten de alguna manera.
Ecología emocional: ¿Cómo gestionar algunas emociones negativas?
Nosotros mismos, como personas individuales, podemos analizarnos y evidenciar si están presentes algunas emociones negativas o estados de ánimo tal. Pero hay otras personas o los niños pequeños que no saben identificarlas, que no pueden parar esos sentimientos que cada vez están más presentes. Cuando aprendamos a identificarlos podremos realizar alguna mejora en este sentido.
La idea es utilizar ciertas herramientas (comunicación, talleres, dibujos, dinámicas, libros, películas… etc,.) que ayuden a todo lo comentado y a transformar de una forma positiva, las emociones dolorosas.
Tanto en niños como adultos algunas de las emociones más habituales son los celos, el miedo o el odio. Realizar ejercicios y ejercicios de reflexión para autoconocerse nos va a ayudar a potenciar los puntos más fuertes. debemos trabajar la autonomía personal tanto nosotros como en los más pequeños.
Deberemos trabajar la confianza en nosotros mismos para evitar los celos, el miedo y el odio. Además deberemos realizar ejercicios para aprender a tranquilizarnos, trabajar con nuestros propios límites y potenciar nuestras habilidades y desarrollar buenos valores. Existen muchas maneras de mantener una actitud equilibrada si trabajamos tanto en casa, como en la calle y centros educativos.
Ecología emocional: mantener un eje equilibrado
Imaginemos un eje en equilibrio en nuestra cabeza, o una balanza. Cuanto mejor alineado lo tengamos mejor nos vamos a sentir con nosotros mismos, con lo que sentimos y con lo que hacemos. Ya sabemos que cada situación genera una serie de pensamientos y por ende una sensaciones y emociones diferentes. Por esto es importante aprender a gestionarlas, de forma positiva, desde pequeños. A esto se le suma la importancia de la educación de los niños en valores y moral.
Libros para aprender a trabajar las emociones con niños
Aprender a expresar lo que sentimos tiene mucho que ver con si entendemos lo que nos pasa. Evitar un estado de confusión permanente puede darse aprendiendo a identificar lo que nos ocurre. Algunas de las muchas herramientas que podemos utilizar para este fin son los libros.
“Inés del Revés“, de Anita Jeram y traducido por Esther Rubio Muñoz, es el libro perfecto para niños que están entrando en la etapa de las rabietas. Sinopsis: “Inés es terca, desobediente y posee un sólido espíritu de contradicción, como cualquier niño. Por eso hace todo al revés. Afortunadamente, tiene una mamá imaginativa y cariñosa que sabe cómo poner las cosas del derecho.”
“Crececuentos”, de Carmen Gil y Anna Laura Cantone, otro libro perfecto para trabajar las emociones con los niños. Sinopsis: “¿Verdad que estás deseando crecer y hacerte mayor? Seguro que a menudo sueñas con ser tan alto como papá o mamá y te gusta jugar a ser piloto, médico o trapecista. Pero crecer no siempre es fácil… A veces las rabietas se transforman en grandes nubes de tormenta, los disgustos, en una carrera de obstáculos, la ropa sale volando y los juguetes se enfadan…”
Monstruo triste, monstruo feliz, de Anne Miranda y Ed Emberley el cual es un cuento ideal para trabajar los miedos nocturnos que tienen casi todos los niños. Sinopsis de “Monstruo triste, monstruo feliz“: “Felices, tristes, enojados… ¡También los monstruos tienen muchos sentimientos! En este innovador libro desplegable, el pequeño lector encontrará una colección de ingeniosas máscaras que representan los diferentes humores y sentimientos que experimentan todos los monstruos (¡y, por supuesto, también los niños!).” ¿Cómo establecer la iniciación a la lectura en los niños?.
¿Qué te ha parecido este pequeño artículo sobre la ecología emocional? ¿Qué otras estrategias o herramientas aportarías?