La formación del profesorado, clave para detectar y tratar la dislexia

La mayoría de las niñas y niños suelen aprender a leer y escribir sin dificultad y en poco tiempo, pero en ocasiones se dan casos en los que los menores no adquieren esa habilidad por ciertos problemas. Uno de los problemas más habituales es el que está relacionado con la dislexia y lectoescritura, un problema que de no ser detectado y tratado de forma temprana, puede suponer importantes problemas para el menor a la hora de adquirir estas habilidades.

¿Qué es la dislexia?

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Cuando hablamos de la dislexia, nos estamos refiriendo a un trastorno que afecta al aprendizaje de la lectoescritura, caracterizándose por influir sobre la capacidad de la lectura, la escritura, la realización de cálculos y la memora a corto plazo. Este problema se suele presentar de distintas formas. Entre las más habituales están:

  • Problemas para distinguir y memorizar conjuntos de letras
  • Falta de orden a la hora de trabajar con letras
  • Una mala estructuración de frases

Suele ser habitual que la niña o el niño disléxico tenga que poner mucho más esfuerzo para la realización de sus tareas escolares, lo que al final se traduce en un cansancio excesivo y pérdida de concentración. Para evitar esta situación, es importante una temprana detección y aquí es clave que el profesorado cuente con una buena formación.

La formación profesional es esencial

Como ya hemos comentado, para que el niño o la niña puedan seguir el ritmo de la clase y poner solución a su problema de dislexia, es importante una intervención temprana. Para conseguir esta detección, es importante que los maestros cuenten con la formación adecuada que le permita entender y enseñar a los estudiantes que presentan este tipo de síntomas.

En este sentido, es fundamental que los profesores estén en continua formación. Hoy en día es posible encontrar cursos especializados en afrontar este tipo de situaciones. Unos cursos que prepararán al profesional en hacer frente a esas necesidades educativas especiales. Además, suelen tratarse de cursos homologados para oposiciones, por lo que además de mejorar la formación, aportarán a los docentes puntos que le ayudarán a hacer realidad su sueño de conseguir una plaza definitiva dentro del cuerpo de maestros.

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Mediante la realización de estos cursos, uno se dará cuenta de que se puede hacer frente a la dislexia en el aula, además de ser capaces de dar ciertas directrices a las familias para trabajar con sus hijos desde casa.

El problema de la inclusión

Pero la dislexia va mucho más allá de los problemas a la hora de aprender a leer y escribir, ya que uno de los principales problemas a los que tendrá que hacer frente el profesorado es conseguir una escuela inclusiva, es decir, que el alumno con este síndrome sea aceptado por el resto de alumnos de forma natural, evitando que lo den de lado.

Hay muchos estudios que muestran que el alumnado que sufre dislexia y que ha sido tratado por docentes debidamente formados, no solo consiguieron aprender a leer y escribir de forma correcta, sino que además pudieron realizar una vida normal en clase, llegando a superar a sus compañeros no disléxicos.

Por todo lo que hemos comentado, creemos que vale la pena que los docentes se formen, mediante cursos homologados, en el tratamiento de este trastorno. Nunca se sabe cuando se puede dar en el aula pero siempre hay que estar preparado para hacer frente a la situación.