Los deberes de los hijos es algo habitual que tienen que hacer cuando vuelven de la escuela, así está hecho el sistema escolar para que los alumnos puedan tener un seguimiento adecuado de las materias y así poder aprobar los exámenes satisfactoriamente gracias a un seguimiento continuo de las materias y a un estudio previo antes del examen.
Hoy no quiero entrar en el debate (no exento de controversia) de si los niños tienen muchos o pocos deberes para estar en edad escolar, puesto que igual de importante es aprender como jugar y aburrirse (es la única manera de potenciar la creatividad y la imaginación de los pequeños de forma innata y sin forzar). Pero la realidad actual es que sí, los niños acostumbran a llevar muchos deberes que tienen que realizar por las tardes después de la escuela en casa.
Los deberes son responsabilidad de los niños, y los padres nunca deberán hacerle los deberes ¡ni tampoco decirles la respuestas a las actividades para acabar más rápido! Esto aunque no lo parezca, no ayuda ni ayudará jamás a un alumno a aprender mejor, esto sólo es un parche diario para acabar antes y poder continuar con los quehaceres familiares o con las actividades que se hayan programado para ese día.
Lo primero por lo que tendrán que velar los padres para que sus hijos puedan realizar las tareas de forma satisfactoria es proporcionarles un lugar de estudio tranquilo y con una buena iluminación para que así los hijos puedan concentrarse y realizar sus tareas.
Además los padres tendrán que atender las posibles dudas escolares que le puedan surgir a los hijos a la hora de realizar los deberes ¡pero sin decirles nunca la respuesta a la actividad! Lo adecuado es ayudar a los hijos a que sean ellos mismos quienes descubran la respuesta buscando en la teoría del libro y recordando los aprendizajes de la escuela.