A la hora de pensar y reflexionar sobre educación los docentes, padres y alumnos deben tener muy en cuenta los objetivos que persiguen al ingresar al sistema educativo. Desde el alumno universitario que desea aprender y formarse como personal orgánico y crítico de una determinada área, hasta el docente que tiene como objetivo transmitir sus conocimientos a nuevas mentes ávidas de conocer los secretos de una determinada materia.
Todas las personas forman parte de la educación, de forma pública o privada. Somos educados por nuestros padres, por nuestros propios colegas, por nuestros docentes o nuestros enemigos. En cada momento de la vida enfrentamos de una forma diferente el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Reflexionar sobre educación, ¿para qué sirve?
Hay diferentes figuras del mundo educativo y político que han dedicado parte de su vida a reflexionar sobre lo que significa la educación. De estos pensamientos se desprenden frases como:
“Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad” (Diego Luis Córdoba)
“No es tarea fácil educar jóvenes, adiestrarlos, en cambio, es muy sencillo” (Rabindranat Tagore)
“En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde aquello que se guarda; sólo se gana lo que se da” (Antonio Machado)
Cada uno de estos artistas, poetas y filósofos dan su propia idea acerca del significado y función del proceso educativo en su conjunto. El aprendizaje de contenidos, de costumbres y comportamientos. A la hora de enfrentarnos al mundo educativo, reflexionar sobre educación implica sumergirse de lleno en un mundo donde no somos nunca agentes externos.
La educación forma parte de nuestras vidas, y sea que estemos cursando una carrera o ayudando a un pariente para un examen. Se trata de involucrarse y dar lo mejor, ese es el punto de partida para cualquier proceso educativo que tenga como objetivo llegar a buen puerto.