El verano supone un impasse entre curso y curso que, o bien se ha de pasar pegado a los libros, o bien se presta al disfrute con la satisfacción de haber dejado los deberes hechos. Para quien tenga que estudiar en verano se aconseja armarse con un buen calendario que ayude a la planificación, en el que queden reflejadas metas diarias, se fije un horario de estudio y se dé prioridad a las asignaturas más densas. La constancia, sin embargo, ha de ser el ingrediente principal.
Pero haya recuperaciones en septiembre o no, algo que deben enfrentar muchos estudiantes en los meses estivales es por qué itinerarios comenzarán o proseguirán sus carreras académicas o profesionales. Son buenas fechas para pensarlo bien, sin presiones.
Criterios para elegir estudios
Comenzar un grado puede suponer una empresa apasionante, como lo es optar por una especialidad a su término, estudiando el correspondiente máster.
Ante tal reto, los expertos aconsejan considerar los puntos fuertes y débiles que tiene el estudiante, lo que le permitirá tomar una decisión realista sobre qué podría hacer de manera fluida y sin frustraciones, y qué le costaría demasiado tiempo o esfuerzo.
Es evidente que involucrarse en algo que realmente le apasione le hará ir superando retos con menor dificultad porque, simplemente, disfrutará con lo que haga. Así pues, debe considerar cuáles son realmente sus intereses a la hora de elegir estudios.
La alta empleabilidad que presentan en la actualidad determinadas carreras profesionales hace a muchos decantarse por tales opciones, destacando a la informática y sus diferentes ramas. Denota madurez el que un estudiante escoja entre la oferta educativa en función de las posibilidades de inserción, que no es lo mismo que hacerlo por moda.
En todo caso, es muy recomendable fijarse en datos importantes como la duración de los estudios, la dificultad que se prevé tengan y, por supuesto, que se considere el currículo y el programa de las asignaturas para conocer si realmente se ajusta a las expectativas.
Hay que tener en cuenta que a determinados perfiles profesionales se asocian competencias concretas que el solo estudio de un grado, máster o curso puede no cubrir, por ejemplo, el dominio de una o varias lenguas extranjeras. Ante la duda, lo mejor es consultar con un orientador.
Máster en Abogacía, profesionales siempre demandados
Es cierto que estudiar derecho no siempre ha contado con las mismas buenas perspectivas. Como otras tantas carreras, ha pasado por momentos de crisis que han hecho a muchos estudiantes experimentar momentos de frustración. Sin embargo, las posibilidades de hacer carrera en el sector público que ofrece la abogacía hace a muchos españoles decantarse por esta opción. Convertirse en funcionario es, de hecho, una de las grandes aspiraciones de los estudiantes.
La Universidad Francisco de Vitoria, de titularidad privada y localizada en Madrid, ofrece un Máster en Abogacía con el que, explican a sus futuros estudiantes, obtendrán “la preparación adecuada para la superación con éxito de la Prueba de Capacitación Profesional que organiza el Ministerio de Justicia a nivel nacional”. Es, por tanto, estudiar abogacía para el ejercicio de la profesión.
Se trata de un requisito imprescindible para la colegiación oficial en el caso de los graduados, en torno al acceso a las profesionales de abogado y procurador de los tribunales. Un máster que se sustenta en tres pilares: un claustro de expertos en Derecho en activo, una metodología con un enfoque muy práctico y adaptado al examen, y prácticas profesionales.
Las finanzas, un área exigente
A principios de año, la consultora mundial de selección de personal Hays publicó una Guía del Mercado Laboral 2017, recogiendo datos de universidades, empresas y profesionales, y comparando salarios y tendencias. Se preveía que el año iba a estar marcado por el Brexit o las elecciones estadounidenses, como grandes eventos mundiales, y las empresas se quejaban de las dificultades para encontrar empleados altamente cualificados en áreas como la banca.
El mercado, por lo tanto, se encuentra a la caza de profesionales con buen perfil en el sector de las finanzas, por lo que una Máster en Análisis de Inversión, Finanzas Corporativas, Finanzas Cuantitativas o Fintech pueden contribuir de forma favorable al currículum. Los mencionados son master en finanzas que ofrece la Universidad de Alcalá, completando todo un ranking de másteres en finanzas.
Sea cual sea la opción escogida, se abordarán “durante 9 meses de estudios los conocimientos prácticos necesarios para que puedas comprender las dinámicas de funcionamiento de las finanzas”. Se trata también de profundizar en temas clave que son siempre actualidad en el sector, “como la toma de decisiones, los riesgos financieros y la creación de valor”.
La informática, más que una moda
El crecimiento de las nuevas tecnologías es evidente. Son todo un filón que explotar, y por eso se requieren también profesionales con gran competencia. Así lo revelaba otro estudio, el de la comunidad laboral Trabajando.com-Universia, que analizaba los datos recopilados entre centros educativos, organizaciones empresariales y profesionales.
En concreto, la reina entre los reyes es la Ingeniería Informática, que se encontraba en el puesto número 1 de las carreras más demandadas en 2016. La ciberseguridad es una de las ramas con más peso.
En el puesto 3, por otra parte, se encontraba la Ingeniería de Telecomunicaciones.
Nada sin una buena base
Que un alumno deba ser realista en torno a sus fortalezas y debilidades a la hora de elegir carrera, no quiere decir que tenga que renunciar a hacer algo si es verdaderamente lo que quiere hacer. Las carencias se pueden suplir con formación. Por lo general, contar con una buena base en el área en el que circunscriba la carrera o máster es fundamental.
Plataformas como Ekuatio ofrecen, por ejemplo, clases de matemáticas online diferentes. Es, explican, una forma distinta de aprender matemáticas: “Paso a paso. Asimilando conceptos a tu ritmo. Todo el mundo es capaz de aprender matemáticas, solo necesita que se las enseñen con el método adecuado”.
Lo importante, como en todo, es perseverar. Asumir que no todos los objetivos se van a ver cumplidos con facilidad, pero sin desfallecer en el intento.