Continuando con un tema tan de actualidad como es el de la endogamia, con el que comenzamos en el pasado post “La endogamia: el virus de las universidades (I)”, hoy hablaremos de las posibles soluciones para erradicar este problema.
Sin ánimo de ser exhaustivo, las soluciones son bastante sencillas y no es necesario inventar nada. En otros países, como por ejemplo Estados Unidos o Gran Bretaña, la endogamia en la universidad apenas constituye un problema. Pero cambiar el estado de cosas requiere llevar a cabo algunos cambios profundos de carácter legislativo y cultural.
En primer lugar, hay que crear conciencia de que no se puede contratar profesores que hayan obtenido doctorado o máster en esa universidad para dar clases directamente, sino que como dijimos el otro día, han de acumular experiencia en otros centros. Es decir, se necesita gente que se haya entrenado en distintos sitios, que haya visto distintas culturas científicas, para así realmente obtener mas conocimientos y ser más productivos y eficientes.
Si bien es cierto, esta medida no es fácil, ya que lo fácil y comprensible sería que ante dos candidatos con el mismo perfil el departamento se quede con el que ya estaba porque sabe cómo trabaja. Eso pasa en la empresa privada. De hecho, según Manuel José López, presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE), es probable que los doctores que hayan obtenido el titulo en una universidad estén más vinculados personalmente con esa ciudad, y el cambio supone un trastorno. No obstante, por ello se recomienda que esta medida venga acompañada de incentivos salariales o mejores medios, que hagan menos “doloroso” cambiarse de universidad.
En segundo lugar, para evitar la endogamia debería existir competencia entre centros, incentivar que los estudiantes vayan a una u otra universidad en función de la calidad de los profesores, algo que actualmente brilla por su ausencia, ya que por lo general, se quedan en universidades de su región sin importar cual, salvo casos en los que no existe la carrera que quieren cursar que tal caso si cambian. Debe haber un mercado de profesores, no es bueno que en España la mayoría de los profesores se doctoren, enseñen y jubilen en la misma universidad.
En las mejores universidades del mundo se contrata a alguien por sus publicaciones, presentando su agenda investigadora y demostrando que se es un buen docente impartiendo una clase enfrente de otros profesores del departamento. Cualquiera puede optar a la plaza siempre que cumpla esos requisitos. Y eso es lo que carece España, por tanto, el día que las universidades de aquí se rijan por criterios que tengan que ver con las leyes de mercado y la competencia como cualquier otra actividad productiva, la endogamia será historia.
Por todo ello, el Ministerio de Educación tiene mucho que hacer en este aspecto condicionando la financiación de las universidades al interés de los alumnos y a los resultados académicos.