La dislexia, un trastorno del aprendizaje de origen neurológico que afecta la capacidad de leer y escribir, ha sido objeto de muchos mitos y malentendidos. Estos mitos pueden tener un impacto negativo en la percepción y el apoyo que reciben los estudiantes con dislexia. En este artículo, desvelamos algunos de los mitos más comunes y arrojamos luz sobre las realidades de la dislexia.
Mito 1: La dislexia es el resultado de la pereza o la falta de inteligencia.
Realidad: La dislexia no tiene nada que ver con la inteligencia ni con la disposición para aprender. De hecho, muchas personas con dislexia tienen un CI promedio o superior al promedio. La dislexia es un desafío en la decodificación y el procesamiento de palabras escritas, no una medida de la capacidad cognitiva.
Mito 2: Las personas con dislexia ven las letras y las palabras al revés.
Realidad: Aunque es cierto que algunas personas con dislexia pueden invertir letras o palabras (como «b» por «d» o «saw» por «was»), la dislexia es más compleja. Implica dificultades con el reconocimiento fonológico, la memoria de trabajo y el procesamiento de la velocidad.
Mito 3: La dislexia solo afecta a los niños y se supera con la edad.
Realidad: La dislexia es una condición de por vida. Si bien es cierto que con intervenciones y estrategias adecuadas, muchas personas con dislexia aprenden a leer y escribir con éxito, las dificultades inherentes a la dislexia pueden persistir en la edad adulta.
Mito 4: Solo los niños que luchan con la lectura tienen dislexia.
Realidad: La dislexia puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo dificultades con la escritura, la ortografía, y a veces incluso con las habilidades matemáticas. No se limita únicamente a problemas de lectura.
Mito 5: La dislexia no puede ser diagnosticada hasta que el niño tiene al menos 8 años.
Realidad: Aunque es más comúnmente diagnosticada en niños en edades escolares tempranas, los signos de dislexia pueden observarse ya en la etapa preescolar. La intervención temprana es clave para el éxito a largo plazo.
Mito 6: Las intervenciones tradicionales de lectura son suficientes para estudiantes con dislexia.
Realidad: Los estudiantes con dislexia suelen beneficiarse más de intervenciones específicas que aborden sus desafíos únicos. Esto incluye enfoques multisensoriales y una enseñanza estructurada de la fonética.
Mito 7: La dislexia es rara y solo afecta a un pequeño porcentaje de la población.
Realidad: Se estima que entre el 5% y el 15% de la población tiene dislexia, aunque muchos casos pueden no ser diagnosticados. Es uno de los trastornos del aprendizaje más comunes.
Mito 8: Las personas con dislexia no pueden tener éxito en carreras académicas o profesionales.
Realidad: Muchas personas con dislexia han tenido carreras exitosas y han hecho contribuciones significativas en diversos campos. La clave está en reconocer y abordar la dislexia temprano y fomentar un ambiente de apoyo.
Desvelar los mitos y comprender las realidades de la dislexia es esencial para proporcionar el apoyo adecuado a aquellos que la padecen. Como educadores, padres y comunidad, debemos estar armados con el conocimiento y la empatía para garantizar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial, independientemente de los desafíos que enfrenten.