La empresa de juguetes de Dinamarca se reinventa y se convierte en una herramienta educativa hasta el punto de impulsar en un colegio el juguete para aprender.
El modelo danés está de moda. Los políticos hablan del país que ha sabido reinventarse en muchos ámbitos, sobre todo en el de la educación. Un modelo a seguir por muchos países para obtener una educación de calidad y prestigio. Sin embargo, es Finlandia el país que se lleva todos los modelos educativos en los que apuntan, tanto políticos como educadores hacia el éxito y como un buen referente a la hora de construir un futuro.
Estoy segura de que todos conocéis Lego, esa empresa danesa que ha estado con nosotros toda una vida e incluso, la típica parodia y drama al pisar una pieza y ver las estrellas. Además, existe un grupo de personas que pertenecen a esta generación y guardan cuidadosamente estas piezas como si de un tesoro se tratara. Y es que con los tiempos que corren, vivimos bajo el lema de reinventarse o morir. Un concepto que Lego ha asumido con más fuerza que nunca y ha sabido reinventarse, así como convertirse en todo un referente en el mundo de la educación.
No hace más de unos cuantos meses que la Universidad de Cambridge quiso dar a conocer su necesidad de tener a un profesor experto en este tipo de juguetes.
¿Cómo hace Lego para introducirse de lleno en la educación?
Antes veíamos a la marca danesa como un juguete, una herramienta con la que los niños aprendían a construir sus propios edificios, ciudades e incluso coches. ¿Quién no tiene alguna anécdota con este tipo de juguetes? La diferencia es que, ahora, vamos a ver una marca con la cara bien lavada y un giro de 180º. Se sumerge en el mundo de la educación de manera que en la Universidad de Cambridge recibe una donación con la que se financia la marca, de ahí que se requiera un experto en los juguetes Lego.
No hay duda de que es uno de los juegos para niños que requiere conocimientos, destreza y habilidad para construir cualquier cosa. Sin embargo, los juegos de hoy en día se basan en la diversión y el ocio, nada más. Por eso, Lego ha sabido aprovechar estos juguetes como una herramienta educativa, ¿cómo? Sencillo: son siete las habilidades que hay que desarrollar a la hora de construir como la resolución de problemas, la creatividad, el pensamiento en tres dimensiones, la destreza y el buen uso de los colores, entre otras.
Quizá ahora podemos comprender un poco más cómo los juguetes de antes servían para desarrollar nuestros conocimientos, desenvolvernos a base de pensar y crear nuevos instrumentos, así como saber resolver un problema a la hora de que no nos encaje una pieza o no sepamos muy bien dónde ponerla.
¿Una escuela de Lego?
Al igual que muchas de las marcas famosas han sabido reinventarse en este mundo repleto de competitividad, como McDonalds y su Universidad de la Hamburguesa, Lego quiere hacerse un hueco para poder convertirse en una escuela para niños, fundada para atraer a aquellas familias que quieran invertir en el futuro de sus niños. ¡Así nace como herramienta educativa!
El método Montessori y Lego, unidos
El método Montessori es una de las disciplinas educativas que ya existe en todo el mundo y puede ser más que beneficiosa a la hora de aprender. Por eso, Lego fusiona este método con las exigencias y las habilidades que requiere utilizar este tipo de juguetes. No se trata de aprender a la fuerza, sino de crear un ambiente de aprendizaje en el que los niños sepan trabajar de manera creativa y activa, guiándose por sus instintos, pues el método Montessori está basado en aprender a través de los instintos y la naturaleza.
No hay duda de que es una propuesta más que interesante a considerar como una herramienta educativa a la hora de que los niños puedan tener una educación de calidad, sobre todo a la hora de trabajar en equipo, resolver problemas y hacerlo de manera creativa, siempre con pasión. Lego apuesta por la educación, invierte y sabe que es una buena manera de atraer a su público, junto a los derechos de Star Wars. Y es que a lo largo de los años podremos ver cómo la empresa danesa puede ir introduciéndose poco a poco en el mundo de la educación, adaptándose a las nuevas necesidades y dando siempre un buen ejemplo para que los niños puedan aprender de la mejor manera posible. ¿Será este el principio de algo grande?
No hay duda de que puede resultar interesante el hecho de atribuir una marca de juguetes a una propuesta educativa pero, ¿puede ser peligroso? ¿Llegar a pensar en la educación como un juego? ¿Debemos fijarnos más en el modelo danés para aprender a reformar la educación?