Quienes han leído la obra del gran escritor Francisco Umbral, seguro que lo tienen en mente, es difícil leerlo y olvidarlo. Y ahora hemos de recordar al famoso autor de tantas obras que recién se han cumplido 5 años de su fallecimiento. Cómo olvidar los sentimientos vertidos en aquella «Mortal y Rosa» en donde Umbral nos deja conocer su drama personal y nos conmueve, nos deja devastados, y nos hace comprensible ese obsesivo entregarse de lleno a la escritura, como si en ella encontrara por momentos un descanso a su corazón destrozado, por la muerte de su único hijo.
Lo primero que leí de Francisco Umbral fue La noche que llegué al Café Gijón, un enamorarse de su prosa y leer con disfrute total para retomarlo cada tanto, porque así son sus libros, eran sus artículos periodísticos, un privilegio para sus lectores. Con motivo de ese aniversario luctuoso, ahora que se prepara por parte de la Fundación Francisco Umbral, que preside su esposa, un homenaje al periodista, escritor y ensayista, el próximo 22 de octubre en el Círculo de Bellas Artes, en el mismo se tendrá una muestra fotográfica que es un recorrido sobre la vida y obra de Umbral.
No siempre se tiene la suerte de leer a un gran autor con un constante derroche de su talento, hoy se hace más notorio que leer a Umbral era participar de su genialidad. Hoy ya no hay para sus ávidos lectores su prosa, aunque hay que decirlo, a veces pareciera en entrevistas, engreído y distante.
Qué hacer, era un privilegiado de la pluma al que por el goce de su escritura podíamos perdonarle eso…hoy bien vale retomar las páginas de su Valle Inclán los botines blancos de piqué sobre otro grande de las letras españolas, o Carta abierta a una chica progre…