En la era de la digitalización, la educación sobre el uso responsable de la tecnología se ha convertido en una prioridad para las familias españolas. La Agencia Española de Protección de Datos, en colaboración con la Fábrica Nacional de La Moneda y Timbre, está desarrollando una aplicación pública que promete mejorar el control parental en la web. Este proyecto, que se lanzará en el verano, tiene como objetivo verificar la edad de los usuarios para el acceso a contenidos adultos.
Sin embargo, Mercè Botella, psicóloga social y cofundadora de Somos Conexión, advierte que la solución no reside exclusivamente en herramientas tecnológicas. «El control parental debe ser parte de un enfoque educativo más amplio», afirma Botella. La clave está en un acompañamiento consciente por parte de los padres, en lugar de depender únicamente de aplicaciones de control.
El Peligro de Confiar Solo en la Tecnología
Botella señala que el uso exclusivo de aplicaciones de control parental puede transmitir un mensaje contradictorio, haciendo que los niños y adolescentes se sientan menos escuchados y acompañados. En cambio, es crucial que los padres participen activamente en el proceso educativo, fomentando un diálogo abierto sobre el uso seguro y responsable de la tecnología.
El Papel de las Aplicaciones de Control Parental
Si bien estas herramientas son útiles, Botella insiste en su uso como parte de una estrategia educativa más amplia. Es importante discutir con los hijos los motivos y las reglas del uso de estas aplicaciones, fomentando su comprensión y aceptación.
La Importancia del Diálogo y la Confianza
Botella subraya que prohibir o limitar el uso de dispositivos tecnológicos sin un diálogo previo es contraproducente. «Debemos aprovechar estas oportunidades para aprender juntos y entender los riesgos asociados con los móviles e Internet», dice. Además, recalca que es fundamental evitar la vigilancia secreta, y en su lugar, fomentar una atmósfera de confianza y guía.
En resumen, mientras que la nueva aplicación de control parental es un paso importante para proteger a los menores en la red, el enfoque debe ser holístico, incluyendo educación, diálogo y comprensión mutua. El objetivo final es ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar un criterio propio y responsable en el uso de la tecnología, preparándolos para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más conectado.