Estudiar en verano no es plato de buen gusto, pero no te desanimes. Si te ha quedado alguna asignatura o te estás preparando otros estudios intenta mantener una actitud positiva y seguir algunas recomendaciones como estas.
Recomendaciones para estudiar en verano: no dejes las cosas para última hora
El verano puede parecer largo, pero se acaba en nada. Cuando menos te lo esperes habrá llegado a su fin. Así que es mejor aprovecharlo entero y no dejar las cosas para el último momento. Para ello lo mejor es optar por una buena planificación, sobretodo cuando hay mucho que estudiar.
Consejos para estudiar en verano: organización
Como comentábamos en el punto anterio, es esencial que aproveches el tiempo que tienes para estudiar. Así que la mejor recomendación es que organices, en la medida de lo posible, tanto tu tiempo de estudio como el de descanso u ocio.
Planificar las jornadas de estudio hará que te des cuenta del tiempo que tienes para las materias o contenido a estudiar. Así pues una buena recomendación es elaborar un buen calendario.
Un buen planteamiento, para ayudarte con la organización del estudio, es pensar en las horas que eres más productivo. Incluso puede que por la tarde o la noche sean lo tuyo puesto que son horas de menos calor. Recueda que el calor hace que te concentres menos.
El kit de la cuestión es buscar un horario con el que te sientas cómodo/a para que saques el mayor partido posible y rindas mejor. Además recuerda que en el calendario también debes incluir el tiempo de ocio. De esta manera también le das a tu cuerpo un descanso y poder hacer algo que te guste.
El tiempo de ocio va muy bien para que tu cuerpo y tu cerebro repongan fuerzas y así poder rendir mejor. Además, así no echarás tanto en falta esa parte divertida del verano. ¿No crees?
¿Cuándo descansar?
Descansar entre hora y hora de estudio también es importante. Puedes descansar entre un mínimo de 5 minutos y un máximo de 15. Lo mínimo para tomarte un descanso, cerrar los ojos, salir a la terraza, coger algún refrigerio o un poco de agua o líquido. Más de este tiempo no es recomendable ya que el cerebro se desconcentraría demasiado.
Por otro lado, hablando de los días de descanso completos, puedes pensar en dejar los fines de semana. Claro está que esto va a depender de muchos factores y otras actividades que tengas en mano. Pero la idea es tomarte 1 o 2 días de descanso completos. En ellos puedes hacer lo que quieras, pero teniendo en cuenta que al tercer día vuelves a estudiar.
Estos días de descanso lo puedes repartir en la semana o que vayan unidos, pero has de ponerlo en el calendario. Piensa que tu cerebro no es una máquina, aunque a veces lo parezca, y necesita descansar. Intenta respetar siempre tus días de descanso. Incluso, cuando no tengas otra opción, puedes cambiarlos en la semana. Pero no añadas días de descanso, ya que las horas de estudio debes respetarlas.
Estudiar en verano requiere ser constante
La constancia es imprescindible para muchas cosas en la vida. Si quieres tomarte esto como algo serio, debes tenerla. La constancia es esencial para poder conseguir que el esfuerzo del verano merezca la pena.
Para conseguir esto es importante seguir las recomendaciones que hemos mencionado hasta ahora y, además, ponerle ganas. Así que empieza por respetar el horario que te has puesto y cumplir con el calendario.
También es muy importante mantener una actitud positiva, esto te ayudará también a ser constante y así llevar a cabo lo que te has propuesto.
Márcate objetivos que puedas cumplir
Los objetivos difíciles desmoralizan a cualquier persona. Así que debes marcarte una serie de objetivos que puedas cumplir. Por ejemplo, puedes hacerlo de forma semana. En la semana puedes marcarte una serie de objetivos a los que puedas llegar.
En función de las asignaturas o temas que tengas pendiente, elabora un calendario lleno de objetivos semanas que puedas cumprir. En el caso de no cumplirlos te verás obligado a corregir el calendario.
Busca un buen lugar para estudiar en verano
Es muy importante esta parte de las recomendaciones, puesto que un entorno que no cumpla con ciertos requisitos puede convertirse en no apto para estudiar. Aquí contarán tus propias necesidades y lo que te desconcentra o lo que no.
Para una de tus jornadas de estudio intenta alejarte de zonas donde haya mucho ruido, donde otras personas estén haciendo actividades divertidas o en cualquier espacio donde no te dejen tranquilo/a ni un momento. En este último caso podrías elaborar un cartel rudimentario donde indiques que estás estudiando y que no te molesten.
Intenga buscar un lugar ventilado, ya sea tu habitación, el salón, la terraza… donde no haga mucho calor. También puedes poner un ventilador o el aire acondicionado. Recuerda que si hace mucho calor no te va a permitir estudiar bien.
Otro factor que has de controlar es el móvil. Es importante evitar las distracciones, así como las redes sociales, etc,. Por lo que una buena idea es desconectar o desactivar las notificaciones.
Si aún con todas estas recomendaciones te cuesta estudiar en casa, puedes buscar otras zonas alternativas como una biblioteca o una sala de estudio.
Mantén una buena alimentación e hidratación
Además de las recomendaciones vistas anteriormente, otra muy importante es no descuidar tu alimentación ni tu hidratación. Es importante que en estos meses también te cuides bebiendo mucho líquido y comiendo bien. Sigue una alimentación equilibrada para que tu cerebro funcione al cien por cien.
También saca tiempo para hacer algo de ejercicio, aunque sea media hora. Si puedes, un poco de actividad física también es muy importante para rendir mejor en todo lo que hagas.
Antes de los exámenes
Una vez que has complido con todo el verano y has estudiado a conciencia, tómate unos días de descanso antes de los exámenes. Seguro que te vendrá genial para relajarte y eliminar tensiones.
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