Hasta antes del sistema de escritura en Braille, la educación de los niños con ceguera podía decirte que estaba condenada a ser solamente un proyecto. No fue hasta que en 1821 Louis Braille luego de observar los códigos de punto en relieve que usaban para sus comunicaciones secretas en el ejército francés y a que tuvo contacto con los trabajos de Charles Barbier, inventó su propio sistema de lectura.
Aunque por aquel entonces apenas se vislumbraba como una ayuda para las personas ciegas, para la escritura, los siguientes años tuvo tal desarrollo y desde entonces la escritura braille se adaptó de tal manera a las necesidades de las personas discapacitadas visualmente que hoy en día está presente hasta en los teclados especiales de ordenador para este motivo. Con él muchas más personas que por la ceguera no tenían acceso a los estudios, lograron una oportunidad y aprendieron a leer y escribir en Braille.
Existe hoy en día toda una cantidad de variantes del sistema braille en varios idiomas, mismos que se han adaptado a las demandas de cada cultura e idioma. La interpretación del mismo también sufrió un acelerado desarrollo sobretodo por la exigencia de permitir a más personas con discapacidad a acceder a todas aquellas formas de aprendizaje que recibe la gente con todas sus capacidades y que hasta pocos años antes de finales del siglo XX se volvieron como ésta, accesible.
Aunque el sistema Braille es fácil de entender y utilizar, algunas versiones que se crearon como la del idioma chino demanda un poco más de atención y un poco de asesoría para su aprendizaje. Considerado dentro de uno de los más rrelevantes inventos del siglo, y aunque su creador nunca cosechó fortuna, su aporte al mundo para millones de personas que cada año se benefician con ello, son decididamente uno de los más grandes logros del género humano.
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