A la hora de decidir si los niños deben hacer o no deporte, solemos manejar unos parámetros, que no siempre son los adecuados, nos centramos en el apartado físico, cuando los grandes beneficios vienen en el aspecto psíquico.

Son obvios los beneficios en su cuerpo, así como en el desarrollo en cuanto a su crecimiento, donde podremos evitar posible obesidad, y una salud mejor que un niño que no práctica deporte. Sin embargo no somos conscientes de los beneficios mentales que le aportan, y que le servirán para toda su vida.
Lo primero es que haremos del niño una persona mucho más sociable, donde no sólo tratará de hacer amigos, sino donde se verá muchas veces en la obligación de tener que ayudar a compañeros suyos, haciendo de su relación de amistad algo más profundo.
El niño aparte de disfrutar tiene algo en mente en cuanto al deporte, y es ganar. Esto supone desarrollar una mentalidad luchadora, que le beneficiará en cada empresa que inicie en su vida.
Tener esta mentalidad, deriva en el siguiente logro, obtener una capacidad de superación personal. Esto supone que el niño se deberá plantear unos objetivos concretos, como pudiera ser marcar gol en este partido, defender y que no le metan ningún punto, hacer una determinada marca en una carrera, o incluso ser llamado por alguna selección territorial. Él mismo aprende a que si quiere lograr estos objetivos sólo hay que hacer una cosa, trabajar duro, y eso sólo depende de ellos mismos. Que los niños aprendan esto desde pequeños, es un gran paso en su proceso educativo, de cara a su formación académica.
El hecho de querer superarse a sí mismo, incluye que aparezcan en él características como resistencia, física y mental, temperamento, autocontrol, saber sobrellevar el cansancio y el sufrimiento, otra vez tanto físico como mental, y lo que conlleva la obligación, siempre mezclada con la diversión.
A todo esto siempre hay que decir, que sobre todo de pequeños, es mejor que hagan deportes de equipo, para aumentar características, como la colaboración, el trabajo en equipo, o la solidaridad con el compañero. Ya habrá tiempo de mayor, para que haga deportes individuales.
Lograr que un niño entienda lo importante que es el esfuerzo para conseguir sus objetivos, y no decaer en el primer momento de cansancio, es un logro tremendo en su educación.
Si además le sumamos los beneficios físicos, donde veremos como los niños adquieren seguridad sobre sí mismos, parece casi de obligada condición introducir el deporte en los niños.