Uno de los puntos más complejos en la educación de los más pequeños es el de los límites y la disciplina. Se trata de una zona de constante negociación donde los adultos deben tomar decisiones pero sin convertirse en ogros. Un niño sin límites empieza a faltar el respeto a las personas, sean de su edad o no. Para poder establecer límites a los pequeños es importante tener autoridad y firmeza, ser claros en lo que deseamos.
Aquí van algunos consejos que te pueden ayudar a la hora de fijar límites a los más pequeños y trazar el camino de los valores y las conductas que deseamos que repitan de forma autónoma.
Objetividad
Marcar de forma concreta la conducta que deseamos es mucho más eficaz que simplemente utilizar frases como “pórtate bien” o “sé bueno”. Si en cambio fijamos límites en conductas precisas como “dame la mano para cruzar la calle” o “habla bajito en la biblioteca” los niños entienden mejor y además se sienten más cómplices de la situación.
Acento en lo positivo
Los refuerzos positivos son más beneficiosos para los niños. Es mejor decirle lo que deben hacer o lo que están haciendo bien antes que empezar por la negativa. Cuando a un niño le decimos “No grites” no estamos explicando el motivo, en cambio si le decimos “Habla bajo” el sabrá lo que debe hacer.
Firmeza en el cumplimiento de las reglas
Los límites se establecen mediante la firmeza. Si le damos a los niños la oportunidad de sortear las reglas entonces habrá mayor resistencia. Fijar límites en la educación de los más pequeños implica tener la firmeza para cumplir lo que decimos.
Los niños necesitan límites, la mayor parte de las veces los niños con malos comportamientos son aquellos que carecen de límites claros y que están pidiendo ser escuchados. ¿Qué otros consejos podrías dar para la crianza de los niños y la tarea de fijar límites?