Una de las docentes que han impulsado la campaña Infancia sin móvil en Change.org se ha reunido esta semana con representantes de cinco grupos parlamentarios en el Congreso.
Su objetivo es vetar el uso de los móviles a los menores de 16 años, tanto fuera como dentro de los centros escolares. Con más de 70.000 firmas entregadas, han conseguido llamar la atención de los políticos y abrir un debate en la sociedad que ya iniciaron otros grupos como Adolescencia libre de móvil hace unos meses.
Se escuchan voces a favor y en contra, aunque parece que la opinión mayoritaria aboga por educar más que por prohibir. Este es el punto de vista que comparte Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, empresa española que comercializa relojes inteligentes dirigidos a niños. “La tecnología forma parte de nuestro día a día y no podemos negársela a nuestros hijos porque también les aporta beneficios”, explica. “La clave es enseñarles a utilizarla y acompañarlos durante el camino, no podemos entregarles un móvil con 10 años y no supervisar lo que hacen, ni con 13 o 14 años, los padres deben saber lo que hacen sus hijos y guiarlos hasta que alcanzan la madurez necesaria para ser adultos tecnológicamente responsables”.
Además de la presión social, la seguridad de los pequeños es una de las razones más esgrimidas por los progenitores que entregan un móvil a sus hijos a edades tempranas. Sin embargo, existen alternativas adaptadas a la edad de los menores que dan a los padres y madres la seguridad que necesitan, como los relojes inteligentes con GPS. “La mayoría de nuestros clientes son, por un lado, familias en las que ambos padres trabajan y están preocupados porque sus hijos van o vuelven solos del colegio y, por otro lado, padres y madres que no quieren comprar a sus hijos un móvil porque consideran que son demasiado pequeños”, afirma Jorge Álvarez.
Los smartwatches para niños son una buena alternativa al teléfono móvil para niños de 8 a 13 años o incluso más edad. Incluyen muchas de las funcionalidades de un smartphone: llamada, videollamada, mensajería o WhatsApp, reproductor de música, cámara, etc., pero con la diferencia de que todas las funciones se regulan desde la app instalada en el teléfono del progenitor. “Así los adultos controlan todo el dispositivo, desde la agenda de contactos al tiempo de uso y, algo muy importante, los contenidos que reciben”, añade el CEO de SaveFamily. “Así se aseguran de que el dispositivo que el niño tiene en sus manos está adaptado a su edad”.
Estos relojes incluyen un GPS que muestra a los padres la situación del pequeño en todo momento, “lo que invalida la excusa de la seguridad”, matiza Álvarez. Y un modo clase que hace que el reloj únicamente dé la hora durante el horario escolar.
“Este es un debate complicado porque chocan la preocupación de las familias y los docentes por el bienestar de los niños y la libertad de estos. Afortunadamente, hay alternativas que permiten a los menores disfrutar y aprender con la tecnología pero con seguridad y la supervisión de los adultos”, concluye Jorge Álvarez.