Hoy en día la discusión en educación gira en torno a la aplicación de las nuevas tecnologías en el aula. Mientras que los docentes siguen asistiendo a cursos de orientación y preparación para el uso de nuevas tecnologías, lo que se percibe es una falta de ideas generalizada a la hora de aplicar estos nuevos recursos y dispositivos en el proceso educativo.
Más allá de ver videos en clase o comunicarse a través de correo electrónico, la mayor parte de los docentes todavía no ha sabido aprovechar la innovación que supone contar con computadoras personales para los alumnos. Tampoco hay que olvidar que la mayor parte de los alumnos hoy en día tienen teléfonos inteligentes. ¿Cómo puede el docente aprovechar esa situación? En vez de evitar que usen el teléfono en clase, darle un uso educativo. Aquí van algunas ideas.
El móvil y la compatibilidad en el aula
Al igual que la aparición de la calculadora o el ordenador, el móvil llegó para quedarse. La sociedad actual tiene un ritmo acelerado que requiere seguir las novedades a partir de dispositivos móviles con múltiples características multimedia, y eso es un smartphone.
En vez de prohibirle a los chicos el uso de estos dispositivos en el aula, una posibilidad interesante es la de utilizar aplicaciones educativas y darle un significado al uso del teléfono. Desde una app como WhatsApp hasta plataformas estrictamente pensadas para educación, con el uso adecuado puede haber un aprendizaje en todo momento dentro de lo que se denomina aula tecnológica.
Una experiencia realizada recientemente con un grupo de alumnos de inglés incluía el desarrollo de un pequeño blog en donde los chicos y chicas podían hacer comentarios sobre los posts, pero a la vez se extendió a un grupo de WhatsApp en donde la profesora presentaba consignas para fomentar la participación. Siempre en inglés, la lengua extranjera de este grupo de estudiantes argentinos.
No se trata de bloquear el uso de las tecnologías, sino de encontrarle el uso apropiado para cada aula y proyecto educativo.
