Niños con dislexia mejorarían con vídeojuegos

La influencia de la tecnología para algunos, un mal de nuestro tiempo, es en realidad un gran aporte a nuestras vidas en muchos de sus aspectos. Como todo, bien empleada resulta un recurso educativo de gran valor.  Desde su aparición en los años ’40 del siglo XX, los vídeojuegos han estado en medio de la controversia.

Son favorables en la educación dicen unos, son nocivos para los niños y su desarrollo porque limita la interacción con otros. Hoy sabemos que los vídeojuegos tienen ventajas en el campo de la educación. Y de ello da cuenta, el  estudio llevado a cabo por  la Universidad de Padua en Italia, que ha llegado a la conclusión de que luego de   12 horas de videojuegos de acción, los niños que sufren de dislexia pueden ver mejoradas sus habilidades de lectura.

Este descubrimiento como la misma institución revela, se debe a que los vídeojuegos tienen una exigencia para el jugador que involucra sus habilidades develocidad, destreza y tiempo de reacción, lo que influye de una manera positiva en una mejora que usando los métodos tradicionales de tratamiento de la dislexia se logra pero más despacio y con menos diversión para los niños.

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dislexia

Estos resultados fueron obtenidos luego de poner  a prueba la lectura y las habilidades atencionales de dos grupos de niños con dislexia antes y después de jugar a los videojuegos,  durante nueve sesiones de 80 minutos por día. Uno de los grupos disfrutaba de juegos de acción y el otro no, como resultado  los que disfrutaron de los juegos de acción mejoraron sus habilidades atencionales y la velocidad de lectura.

La dislexia es una condición de aprendizaje que está muy extendida por el mundo, aunque hasta hace pocos años los problemas de aprendizaje relacionados con ella eran mal diagnosticados. Hoy se sabe que es la  dificultad en la lectura que imposibilita su comprensión correcta, una discrepancia entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un sujeto, sin que existan cualquier tipo de problema, ya sea sensorial, físico, motor o deficiencia educativa, o sea un niño saludable en todo sentido puede sufrir de dislexia. Pero las buenas noticias ante un diagnóstico de la enfermedad es que con el tratamiento adecuado, todos los niños mejoran.