El peso de las mochilas que los escolares llevan a diario sobre sus espaldas ha sido objeto de debate durante muchos años, pero a pesar de la evidencia de los problemas de espalda que pueden acarrear para los niños no se han echo grandes adelantos. ¿Inventar mochilas con ruedas? Puede. Cuando estas aparecieron muchos se sumaron a la «moda», pero después de un tiempo el ritmo de ventas ha bajado.
Al leer una noticia en el diario 20 minutos recuerdo como, una chica de mi instituto con problemas de espalda, decidió separar los libros en tres partes diferentes, dividiendo de forma aproximada los contenidos de cada trimestre. De esta forma se libraba de 1/3 de la carga de cada libro. De esto ya hace unos ocho años, entonces ella vió la solución pero el resto de la comunidad educativa ha tardado todo este tiempo en darse cuenta.
Ahora la Región de Murcia parece haber tomado conciencia del problema y a través de su consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, firmó el pasado miércoles un convenio con la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE) para reducir el peso que soportan los alumnos en sus mochilas. La idea es fraccionar los tomos de las asignatruas troncales en tres volúmenes, uno por trimestre, de forma que sólo lleven la parte correspondiente al período académico, tal y como hizo mi compañera de instituto.
Según Sotoca, el próximo año la medida (pionera en España) se aplicará a los cursos de 5º y 6 º de Primaria, ya que los alumnos tendrán que cambiar sus libros para adaptarlo a la Nueva Ley Orgánica de Educación y se aprovechará esta circunstancia para fragmentarlos. La medida afectará a un total de 32.607 escolares y deja abierta la posibilidad de ampliarla más adelante al resto de cursos de Primaria.
Los libros a dividir corresponderían a las asignaturas de Matemáticas, Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, y Lengua Castellana y Literatura, y el precio será el mismo que si se tratase de uno sólo. Lo que se pretende evitar es el dolor de espalda que muchos escolares sufren, respondiendo así tanto a sus necesidades físicas como a la demanda de familias, docentes, especialistas, etc…. y reduciendo en casi dos kilos el peso que los alumnos llevan en sus espaldas evitando futuras dolencias y lesiones.
Vía: 20 minutos
Imagen: Vitónica