El Día de Internet, que se celebra anualmente el 17 de mayo, es una oportunidad para reflexionar sobre el papel creciente y diverso que juega la red en nuestras vidas. Este análisis incluye no sólo una evaluación del alcance de la conectividad en la sociedad, sino también la comprensión de cómo y para qué se utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los hogares.
Según los datos más recientes de la Encuesta sobre equipamiento y uso de TIC en los hogares, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 10,6% de los españoles de entre 16 y 74 años han recurrido a Internet para realizar algún curso en línea. En cuanto a la distribución por género, el 7,3% son hombres y el 3,3% mujeres. Además, la encuesta revela que el 12,7% de la población en la misma franja de edad ha recurrido a Internet para acceder a materiales de aprendizaje, incluso si no están matriculados en un curso completamente en línea.
Nati Cabrera, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y experta en aprendizaje en línea, sostiene que la creciente utilización de Internet para fines educativos requiere que el sistema educativo integre esta realidad. Según Cabrera, una forma de lograr esto es convirtiendo a Internet en un «objeto de aprendizaje», lo que requiere fomentar el desarrollo de la competencia digital entre los individuos. Un incremento en estas habilidades podría conducir a un mayor número de personas que utilizan las TIC para propósitos educativos.
Las competencias digitales, un aspecto clave para extender el uso educativo de Internet
«Que el uso de Internet aumente es natural, es lo que se puede esperar como consecuencia de la evolución social, tecnológica e incluso cultural». Sin embargo, para esta experta en aprendizaje en línea, el dato más interesante sería «la competencia digital» que tienen los usuarios de Internet. «Es aquí donde tenemos una gran oportunidad o una gran fuente de problemáticas si no lo abordamos adecuadamente», alerta. En cuanto al aumento progresivo de Internet para cursar estudios o aprender en general, en opinión de Cabrera, también es «una consecuencia natural de la transformación digital de la sociedad y de nuestras formas de vida».
La experta considera que esta tendencia irá en aumento «de forma progresiva», pero alerta que para extender este uso hacen falta «políticas sólidas que promuevan la transformación digital de las organizaciones educativas, acompañadas de los recursos adecuados para materializar esta transformación». Según Cabrera, los escenarios de aprendizaje futuros consistirán en «ecologías de aprendizaje complejas y variadas que integrarán todo tipo de formatos, recursos, espacios de comunicación -virtuales y presenciales- en función de las necesidades y objetivos de cada momento o sujeto».
«La información es información, no conocimiento»
Jornadas como el Día de Internet también ofrecen una oportunidad para plantear preguntas sobre la herramienta. ¿Compite Internet con las propuestas educativas por la cantidad de información que pone al alcance de las personas? Nati Cabrera cree que «la información es información, no conocimiento» y recuerda que los procesos para aprender «tienen lugar sobre todo a partir de la interacción entre sujetos, de la reflexión, de relacionar conceptos, de intentar aplicarlos, entre otras muchas estrategias». Por lo tanto, la experta opina que aquí es «donde una propuesta formativa en línea de calidad marca la diferencia: no se trata de acceder a contenidos, sino de lograr conocimientos y desarrollar competencias«. «Los contenidos son un recurso que se utiliza, pero, per se, no provocan necesariamente un aprendizaje», subraya.
La brecha de género se mantiene en cuanto a los usos de Internet
Los datos sobre el uso de Internet como recurso educativo también muestran una brecha de género. «Dado que el uso de Internet y el teletrabajo se ha hecho extensivo durante la pandemia, el hecho de que las tareas de cuidados hayan recaído más en las mujeres que en los hombres ha podido contribuir a que las mujeres hayan tenido menos posibilidades de encontrar tiempo para poder mejorar su formación con cursos o programas de formación en línea«, comenta la directora del grupo de investigación GENTIC de la UOC, Milagros Sainz.
Ahora bien, los datos del INE no dejan de sorprender a la experta, porque recuerda que tradicionalmente las mujeres utilizaban Internet para acceder a formación y educación con más frecuencia que los hombres». Según Sainz, habría que analizar «qué tipología de formación y cursos en línea hacen las mujeres y los hombres, según su edad y otras características personales«. Asimismo, también cree que «sería importante conocer qué motivaciones tienen hombres y mujeres según diferentes características para seguir esta formación». Además, añade, «también habría que comprobar las condiciones en que hombres y mujeres realizan esta formación».
Milagros Sainz comparte la opinión de Nati Cabrera y también apuesta por profundizar en las competencias digitales de las personas: «Es crucial que las mujeres, las jóvenes y de colectivos vulnerables, adquieran competencias digitales, pero también que desarrollen competencias personales de otra índole (no compartir datos o información personales con personas desconocidas, adoptar una mirada crítica respecto al gran volumen de información que encontramos en Internet y las redes sociales) para dar respuesta a estos retos». La experta también alerta de que «muchas desigualdades tradicionales de la vida entre hombres y mujeres se han trasladado al ámbito digital; por eso, es importante fomentar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres para aprovechar todas las posibilidades que la vida ofrece en línea y fuera de línea».
Nota de prensa UOC – Nati Cabrera y Milagros Sáinz