Educación y trabajo, los puntos de articulación para entender la crisis

Reflexiones y experiencias sobre educación y trabajo, la articulación necesaria para entender el proceso

 

Fuente: Cámara de Comercio e Industria
Fuente: Cámara de Comercio e Industria

Hoy en día se hace indispensable encontrar los puntos de articulación entre educación y trabajo, una preocupación latente no solamente en los individuos sino también en los grupos políticos y económicos que intentan resaltar las mejores formas de aprovechar la formación educativa para obtener mejores resultados en el trabajo.

Las políticas públicas, las editoriales en los grandes medios de comunicación, los proyectos de distintos actores sociales e incluso las conversaciones en el día a día de las personas de a pie hacen a una idea general sobre la educación y el trabajo, dos áreas muy ligadas y que cada vez están más entrelazadas.

¿Cómo se articula la educación con el trabajo?

Cuando hablamos de las formas estructurales en las que se expresa la relación de educación y trabajo hay que hablar de una realidad en la que se unen dos dimensiones: la productiva y reproductiva de la formación económica y social. Lo que hay que preguntarse es cómo se manifiesta en los distintos procesos sociales (tecnológicos, políticos, económicos) el proceso de interrelación entre trabajo y educación.

El aprendizaje a nivel subjetivo es fruto de la experiencia, ya lo decía Vigotski cuando hablaba primero de la etapa intersubjetiva (la experiencia con otros) y luego intrasubjetiva (los esquemas internos del individuo, sus capacidades, saberes y representaciones). Toda experiencia social genera aprendizaje, y todo aprendizaje es fruto de la actividad del sujeto. Por eso en materia laboral uno pensaría que la formación profesional es indispensable para que haya una mejor calidad en el trabajo.

Ningún empleado llega a la fábrica sabiendo lo que tiene que hacer, y por más formación que haya en la Universidad, la realidad en un trabajo siempre toma diferentes caminos. Por eso la articulación entre educación y trabajo tiene que ser tomada muy en serio por los empleadores.

La demanda de personal capacitado

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Fuente: finanzas.com

Una de las características actuales en el mercado laboral es la demanda de personal cada vez más capacitado, sin embargo las propias empresas no quieren gastar en procesos formativos para sus empleados. No todas, pero la gran mayoría prefiere contratar empleados ya capacitados por miedo a invertir dinero en la formación de un individuo que después puede dejar la empresa.

En este miedo a invertir y fomentar la formación de sus empleados vemos una nueva forma de articulación entre educación y trabajo. Son los propios empleados los que se deben proveer instancias de crecimiento profesional, algo que en los tiempos que corren se vuelve indispensable para poder seguir avanzando.

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Las políticas de educación

Otro factor importante a tener en cuenta es el interés de los grupos políticos por la calidad educativa. El presupuesto en Educación no debe ser visto como un gasto, sino como una inversión. Si a los alumnos se les ofrece una formación de calidad, entonces los trabajadores estarán mejor capacitados y la eficiencia y calidad de los productos mejorará de forma notable, pero en los tiempos que corren y con la crisis económica que atraviesa España y gran parte del continente europeo, parece que la educación es vista como un gasto innecesario y se analizan diferentes recortes para ahorrar dinero en las carteras municipales y provinciales.

El futuro de los alumnos

Un análisis reciente indicaba que en el futuro más de la mitad de los trabajos exigirán un título terciario o universitario. En este contexto la calidad educativa es muy importante porque difícilmente pueda acceder a la Universidad un joven que se formó en una escuela secundaria donde faltaban los materiales para aprender correctamente las materias del currículo.

Los empresarios quieren personal capacitado pero no se encargan de la formación de sus trabajadores, el estado no quiere gastar dinero en mejorar la calidad educativa, en definitiva son los propios alumnos y sus familiares los que deben buscar la forma de mejorar la calidad educativa a la que acceden sus hijos, pero en un contexto de crisis económica no hay tanto dinero disponible para pagar una mejor escuela o un profesor particular que ayude a profundizar los conocimientos del individuo.

Al final estamos una vez más en el principio de un círculo dañino donde los alumnos están solos, luchando por mejorar su calidad educativa para poder aspirar a un trabajo mejor en el futuro, pero el estado no provee las oportunidades y tampoco las empresas ayudan a formar empleados capacitados.

Es esta articulación entre educación y trabajo la que tienen que empezar a analizar los expertos en educación y diseñadores de políticas públicas porque si se sigue dejando a la educación librada al azar, y tomando el presupuesto de Educación como un gasto y no como una inversión, entonces el futuro de los trabajadores en España, y en cualquier país, corre peligro. No puede haber una mejora sustancial en la calidad educativa si no se invierte en docente, en equipamiento y en instituciones que fomenten una mejor experiencia para el alumno.

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