Educar en valores es esencial para los pequeños de la casa ya que sólo de esta manera se podrán crear y desarrollar como personas adultas empáticas, tolerantes y con respeto hacia las personas y el mundo que les rodea. El secreto resude en prestar atención a los niños y niñas, saber qué valores están interiorizando cada día teniendo en cuenta sobre todo sus vivencias, sus experiencias y la educación emocional.
Decir cuáles son los valores que existen no es necesario y tampoco sirve con explicar su significado…los niños deben vivir y experimentar esos valores, saber de qué tratan gracias a la propia experiencia, que sean ellos quienes descubran realmente qué significan cada uno de ellos. Los valores no son conocimientos ni tampoco información, los valores son experiencia.
Para educar en valores se deben tener en cuenta una serie de criterios que deben quedar establecidos para que los niños interioricen de forma correcta estos valores tan importantes para su desarrollo integral.
Primero y antes que nada a los niños para educarles en valores no hay que adoctrinarles pero en cambio sí hay que dejarles que aprendan a pensar por ellos mismos, que se formen su propia escala de valores racional, de esta manera y gracias al ejemplo los aceptarán por ellos mismos sin necesidad de imposiciones.
Además hay que favorecer las vivencias afectivas de los pequeños para incluir, como te he comentado antes, los valores en las experiencias de los niños. Para conseguirlo hay que tener una perspectiva transversal haciendo que la educación en valores esté presente en cada momento del pequeño sin importar la edad del menor o el contexto puesto que un valor servirá siempre igual.
Así mismo resulta imprescindible enseñar a los niños a ser críticos con toda la información que reciben del exterior y de los medios de comunicación (y más ahora con las nuevas tecnologías y con la facilidad de acceso a Internet), para ello deberás enseñarle a reflexionar preguntándose aspectos relevantes.
En casa para poder educar en valores debe existir una buena base comunicativa donde el buen diálogo sea el protagonismo siempre con respeto e igualdad, donde la familia esté unida y se colabore entre ellos y se respeten unos con otros. Por supuesto esto debe ir acompañado de unas normas y unos límites claros, siempre transparentes y donde los niños vean en vosotros el ejemplo de buena conducta.
Fotografía: queaprendemoshoy.com
