En un mundo cada vez más conectado, el impacto del uso de pantallas y dispositivos digitales en adolescentes se ha convertido en un tema de creciente preocupación. Según el informe «Infancia y adolescencia en entornos digitales», realizado por la Fundación Orange y Save the Children en colaboración con GAD3, el 93% de los adolescentes reconoce la necesidad de ajustar sus hábitos digitales para un uso más saludable de la tecnología.
El estudio, basado en entrevistas con más de 2.500 padres, adolescentes, profesores y expertos, revela datos clave sobre los desafíos, riesgos y oportunidades que enfrentan los jóvenes en el entorno digital actual. Entre las medidas propuestas por los propios adolescentes destacan reducir el tiempo de conexión (54%), dedicar más tiempo al deporte (39%) y evitar dormir cerca de dispositivos digitales (34%) para prevenir interrupciones en el sueño.
Hábitos digitales y tiempo frente a pantallas
Uno de los aspectos más destacados del informe es la autocrítica de los jóvenes sobre su consumo digital. Aunque los adolescentes admiten pasar largas horas conectados, el 14% señala que los adultos, incluidos sus padres, utilizan más el móvil, con un promedio de entre 4 y 5 horas al día. Este dato pone en evidencia la necesidad de un cambio conjunto en los hábitos tecnológicos dentro de los hogares.
El informe también subraya el uso principal que los adolescentes hacen de los dispositivos: un 90% los utiliza para chatear con amigos, ver vídeos o jugar online, convirtiendo el entorno digital en un espacio clave para su socialización. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas está relacionado con efectos negativos como problemas de sueño, sedentarismo y bajo rendimiento académico.
Riesgos digitales y huella online
Otro tema de relevancia es la preocupación por la huella digital. Cerca del 46% de los adolescentes se muestra inquieto por los rastros que dejan sus actividades en internet, aunque más de la mitad reconoce no saber cómo proteger su información personal. Esta situación también afecta a los adultos: el 65% expresa preocupación por su exposición online.
El informe destaca que los jóvenes adoptan medidas básicas para proteger su privacidad, como mantener sus perfiles en modo privado o no aceptar solicitudes de desconocidos. Sin embargo, casi la mitad de los adolescentes ha recibido mensajes de desconocidos, y un 13% ha sido víctima de insultos o acoso en línea. Ante estas situaciones, las reacciones más comunes son bloquear a los responsables o informar a sus padres.
Educación digital y supervisión parental
El informe identifica a los padres como los principales responsables de educar a los jóvenes en el uso consciente de la tecnología, aunque muchos padres confían esta tarea a las instituciones educativas o las empresas tecnológicas. En términos de supervisión, el 61% de los progenitores utiliza herramientas para monitorizar la actividad digital de sus hijos, pero el 65% de los adolescentes considera que estas herramientas limitan su privacidad, y un 60% afirma saber cómo eludirlas.
Además, el fenómeno del sharenting –compartir información sobre los hijos en redes sociales– genera incomodidad en el 25% de los adolescentes, quienes consideran que sus padres publican más de lo necesario sobre ellos.
Inteligencia artificial y educación
El informe también aborda el papel de la inteligencia artificial (IA) en la educación. Aunque se reconoce su potencial como herramienta educativa, se advierte sobre los riesgos de un uso inadecuado. Los expertos recomiendan acompañar a los estudiantes en el uso de estas herramientas, promoviendo el pensamiento crítico y la verificación de información para evitar depender exclusivamente de la IA.
Recomendaciones para un uso responsable de la tecnología
La Fundación Orange y Save the Children ofrecen una serie de recomendaciones dirigidas tanto a familias como a adolescentes, entre las que destacan establecer horarios de uso, fomentar actividades fuera del ámbito digital y garantizar la privacidad en redes sociales. También se insiste en la necesidad de avanzar en soluciones tecnológicas que protejan a los menores, como sistemas de verificación de edad y etiquetado de contenidos.
Este informe es un paso más hacia la concienciación sobre la importancia de un uso equilibrado y seguro de la tecnología, no solo por parte de los adolescentes, sino también de las familias, instituciones y empresas tecnológicas. La educación digital y el ejemplo familiar siguen siendo elementos clave para afrontar los retos del entorno digital.