Ayer os estuve hablando del estrés que se genera en los padres y en los hijos cuando falla la comunicación en relación a las tareas escolares, esto puede repercutir muy negativamente en la relación entre ellos por lo que conviene de forma urgente tomar medidas al respecto.
Por este motivo si crees que en tu casa se crean situaciones de estrés en relación con las tareas escolares de tu hijo es importante que prestes atención y realicéis un contrato de tareas escolares para que busquéis de este modo una manera de solventar esta situación que puede crearos malestar.
En este acuerdo los padres serán los primeros que deban comprometerse a realizar cambios para que los hijos vean un esfuerzo y una voluntad por parte de los padres.
Los padres deberán comprometerse a: ayudar al hijo siempre que necesite ayuda en sus estudios sin provocar tensión y haciéndolo de buena gana, ayudar en el estudio proporcionando las herramientas necesarias para que pueda acabar la tarea el hijo de forma autónoma y satisfactoriamente, recompensar cuando sea necesario pero no en objetos materiales, proporcionar a los hijos un espacio y un ambiente adecuado para que puedan estudiar y hacer la tarea tranquilamente.
Los hijos deberán comprometerse a: no enfadarse si los padres no saben responder a sus peticiones y mantener una comunicación abierta en todo momento, apuntar los deberes en la agenda todos los días y enseñárselo a los padres, tener un horario de estudio y cumplirlo.
Las recompensas semanales pueden ser variadas pero nunca deberán ser materiales, por ejemplo podrán ser cosas como: dejarle salir con los amigos un rato más los fines de semana, podéis hacer alguna salida en familia que le guste y le motive, etc.
En cambio si saca todo el curso con buenas notas las recompensas finales pueden ser algo más grandes como comprarle unos pantalones que le gusten, hacer un viaje juntos de un fin de semana, etc.
Las recompensas dependerán de los gustos e intereses del hijo y de las posibilidades de los padres. Pero lo que importa no son las recompensas sino la confianza que se deposita en los hijos y en sus capacidades de mejora. Si los hábitos de estudio mejoran, las notas también lo harán.