Durante el verano, aumenta notablemente la cantidad de imágenes de menores que se comparten en redes sociales. Esta práctica, conocida como sharenting —una combinación de las palabras inglesas share (compartir) y parenting (crianza)— puede parecer inofensiva, pero conlleva riesgos importantes para la privacidad y seguridad de los niños. Desde S2GRUPO, expertos en ciberseguridad y concienciación digital, advierten sobre esta tendencia y ofrecen recomendaciones simples para que las familias limiten la exposición digital de los menores.
“El verano es el momento del año en el que más imágenes de menores se suben a redes. Lo que muchos adultos ven como recuerdos entrañables puede convertirse en un problema para el menor. Una vez publicadas, esas imágenes dejan de estar bajo nuestro control. Las imágenes pueden ser utilizadas para un propósito distinto e incluso lo que ahora puede resultar gracioso o entrañable en un contexto determinado puede tener un impacto distinto en caso de viralizarse”, explica Antonio Jara Sánchez-Caro, Country Manager España en S2GRUPO.
Sharenting: un hábito generalizado sin suficiente conciencia
Cuando se publica imágenes de los hijos, esta acción suele tener consecuencias. No solo afecta a su privacidad, sino también a su seguridad, a su identidad digital y a su derecho de no estar expuestos sin su consentimiento. Según la encuesta EU Kids Online, un 9% de los menores españoles afirmó que sus padres habían publicado fotos de ellos sin su consentimiento. De todos ellos, el 6% se sintió molesto, mientras que otro 6% solicitó que las eliminaran.
Estudios recientes también destacan riesgos adicionales en plataformas como TikTok, donde aproximadamente un 20 % de los comentarios en vídeos de menores se refieren a su apariencia física y un 19 % de los contenidos muestran ropa reveladora, aumentando su vulnerabilidad al acoso.
Seis pautas clave para proteger a los menores
- Pregunta al menor. Si tiene edad para entender, tiene derecho a opinar.
- Evita información sensible. No publiques datos personales, ubicaciones en tiempo real ni imágenes comprometidas.
- Configura la privacidad. Ajusta quién puede ver tus publicaciones y elimina accesos innecesarios.
- Piensa a largo plazo. Valora si esa imagen seguirá siendo adecuada dentro de años.
- Sé ejemplo digital. Los menores aprenden observando; la prudencia de los adultos es clave.
- Habla también con abuelos y cuidadores. Explicarles estos riesgos es fundamental para reducir la exposición.
“El sharenting no es un gesto inocuo: contribuye a formar la identidad digital que acompañe al menor durante años y exponerle a posibles riesgos derivados de la manipulación o reutilización de imágenes o el acoso. La ciberseguridad no termina en el perímetro de la empresa; empieza también en casa”, añade Sánchez-Caro.
Una reflexión desde la ciberseguridad
Para S2GRUPO, este fenómeno no es solo una cuestión privada. En organizaciones de todos los sectores —especialmente en aquellas que operan infraestructuras críticas— se observa cómo la información familiar expuesta puede ser utilizada para perfilar empleados, lanzar campañas de ingeniería social o abrir nuevas puertas de entrada. La seguridad empieza también en casa.
Con más de 20 años protegiendo sectores clave y anticipando amenazas en entornos IT+OT, S2GRUPO mantiene un compromiso firme: anticipar un mundo ciberseguro, ayudando a organizaciones y a las personas que las integran a reducir riesgos y crear una cultura de seguridad transversal. Porque proteger la infancia también es proteger el futuro.