Por qué una formación docente es tan necesaria

Seguir estudiando es importante en cualquier profesión. El reciclaje marca la diferencia entre un buen profesional o no. Y más en la docencia, donde constantemente aparecen nuevas herramientas, metodologías, tecnologías o estrategias en educación.

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La importancia de seguir formándose como docente

Una formación continuada en educación es muy importante. Poco importa la etapa educativa (infantil, primaria, secundaria, universitaria…), un docente debe estar al día y no conformarse con lo aprendido hace 20 años.

Ni tampoco hace 5. La innovación educativa debe formar parte de su ADN y crear así nuevos escenarios educativos para hacer de sus clases lo más provechosas posibles.

Por lo tanto, estudiar todo tipo de cursos de educación es muy enriquecedor para el profesorado. Aprender nuevas técnicas de aprendizaje, el uso de las TIC o una especialidad educativa concreta.

Y esto la escuela de negocios de Euroinnova lo sabe muy bien. Entre todas sus formaciones, encontramos el máster en docencia universitaria, una formación pedagógica muy útil para el cuerpo de investigación y personal docente universitario.

Porque recordemos que algunos de estos profesores de universidad no reciben una formación docente. De ahí, la importancia de estudiar este máster.

Los cursos también sirven en las oposiciones

Pero es que ya no es solo estudiar por gusto, por querer seguir aprendiendo o por encontrar tu especialidad en educación. La formación académica extra también cuenta en la nota de oposiciones.

De este modo, durante la fase concurso de la oposición, la nota del examen de oposiciones se incrementa, según la experiencia laboral y la formación extra que dispone el interino o futuro docente con plaza.

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A esto se le denomina méritos. Y tanto estudiar cursos como másteres proporcionan méritos al docente. Por lo tanto, es del todo necesario seguir estudiando.

Y lo mismo ocurre con las bolsas extraordinarias de empleo público: con la carrera no va a ser suficiente. Se va a pedir más.

Y es que la competencia es mucha y está muy preparada también. Y tener plaza, a veces, va de unas simples décimas; por lo que hay que ir sobre seguro.

Trabaja como profesor de universidad

Y a los profesores de universidad les pasa exactamente lo mismo. Ellos, de forma obligatoria, han tenido que estudiar un máster, que les ha servido de puente para el doctorado.

No obstante, el doctorando (así se denomina al estudiante de doctorado) sigue estudiando y sigue formándose en distintas temáticas: tanto cursos sobre su propia línea de investigación, como otros que les pueden ayudar a mejorar sus clases. Porque recordemos que muchos doctorandos también imparten clases en la universidad.

Así que sí, tanto una maestra de infantil, como un profesor de instituto; pasando por el docente universitario: todos ellos deben continuar con sus estudios, si quieren trabajar para la Administración Pública.

Pero es que en la educación privada pasa lo mismo: cada vez más, se demanda un perfil laboral muy específico, por lo que se requiere de un profesional competente, cualificado y transversal.

¿Y quién mejor para entenderlo que el profesional de la educación? Si ellos mismos no se aplican su propio cuento y continúan con su aprendizaje, ¿quién lo va a hacer? El continuo aprendizaje es importantísimo para todo tipo de profesional.