El sol quería bañarse
porque tenía calor.
Llevaba el calor por dentro
la luna se lo advirtió;
pero el sol no le hizo caso
ni siquiera la escuchó.
Y hacia el caer la tarde
se tiró al mar y se ahogó.
Al ver que se ahogaba el pobre,
el cielo se oscureció.
Las estrellas lloraban
lágrimas de compasión
(Salvador de Madariaga)