Demostrado, el nivel de formación de los padres condiciona el talento o la predisposición que pueden desarrollar los pequeños hacia el estudio. Es algo que podíamos suponer, ya que un niño rodeado de libros y conocimiento tendrá más interés, o lo tendrá más cerca, que uno que crece en un ambiente de poca «intelectualidad», por decirlo de alguna forma. Así lo refleja el Informe sobre Inclusión Social en España, realizado por Obra Social Caixa Cataluña y el Institudo de Infancia y Medio Urbano.
Cuanto mayor sea el nivel académico de sus progenitores antes comenzarán a estudiar los niños, es decir, a edades más tempranas, disponiendo de más recursos a su alcance y obteniendo mejores resultados, así, las madres con estudios universitarios tienen una mayor tendencia a escolarizar a sus hijos al año o a los dos años de edad.
Por ejemplo, es más frecuente que si los padres tienen carrera universitaria sus hijos también cursen estudios superiores. De hecho, el 73% de las personas entre 25 y 39 años, cuyo padre contaba con titulación universitaria, han conseguido también ese nivel académico. Mientras que sólo un 20% de los chicos con padres sin titulación han logrado alcanzar ese reto. Analizando aspectos más concretos, es estudio ha determinado que los alumnos de Secundaria que tienen una madre con titulación superior obtienen mejores resultados en Matemáticas y lectura.
Avanzando un paso más en la educación, es más frecuente que si los padres tienen carrera universitaria sus hijos también cursen estudios superior. El 73 % de las personas entre 25 y 39 años, cuyo padre contaba con titulación universitaria han conseguido el mismo nivel académico, mientras que sólo el 20 % de los chicos con padres sin titulación lo han logrado.
Además del nivel de estudios de los padres hay otros factores que también influyen en su interés por una mejor formación. Por sexos, los estudios abandonan los estudios antes que las chicas, tentados por trabajos más físicos o técnicos en los que pueden conseguir pronto una retribución monetaria.
También incide la composición del hogar. En el caso de las familiar monoparentales el riesgo de abandono es casi el doble. Y en cuanto al origen, el 15 % de los estudiantes no comunitarios de 18 a 24 años no ha logrado superar la educación secundaria obligatoria frente al 7,3 % de la media española. En estos casos el condicionante es el nivel económico, que muchas veces le obliga a dejar los estudios por necesidades familiares.
El éxito educativo también dependen del tipo de centro al que se acuda. No por el sistema de enseñanza, sino porque los colegios públicos, a diferencia de los privados o concertados, soportan un entorno diferente, a menudo de familias con bajos recursos.
No porque el sistema enseñe mejor o peor, sino porque los colegios públicos soportan un entorno diferente: acogen más familias con bajos recursos que la escuela concertada y privada. Este hecho se aprecia principalmente en las grandes ciudades.
No obstante estos datos no son generalizados, es decir, son muchas las personas que consiguen una integración social plena y no padecen estos efectos sobre su educación, pero no sucede en todos los casos. En este punto quiero recordar la película «Matilda«, en la que una niña superdotada y con ciertos «poderes» superar la ineptitud de sus padres y consigue mejorar su educación. Cierto que estamos hablando de ficción, pero es el ejemplo exagerado de una situación que viven muchos niños a diario, pequeños que a pesar de las dificultades buscan abrir una puerta hacia su formación. Un ejemploreal?, el caso de Erika que nos muestra Obra Social La Caixa.
Más información: obrasocial.caixacatalunya.es (LA WEB YA NO ESTÁ DISPONIBLE)