Por ejemplo, el color rojo puede generar dinamismo e incitan al movimiento en los niños, y por este motivo está recomendado para niños tranquilos que necesitan actividad. El opuesto a este sería el color azul que parece favorecer la relajación y ayudar a dormir; en este caso sería aconsejable para niños inquiertos o muy activos. Los amarillos mejoran la concentración y ayudan al desarrollo de la inteligencia mientras que los de color naranja inspiran alegría y fomentan la actividad. El color blanco puede promover el descanso y la relajación.
Al margen de este aspecto, los expertos también recomienzan elegir el juguete en función de la edad del niño, y por tanto de sus necesidades y capacidades. Así, en los primeros años se aconsejan muñecos u ositos para motivar la afectividad del niño. Otros como las pelotas, bicicletas o juegos de construcciones estimulan la motricidad.
Vía: Bebés y más
Imagen: Elchupete.com