Cómo desarrollar la inteligencia del niño

Hasta los seis años, el niño dispone de un potencial que no volverá a tener en toda su vida. Y está demostrado que una estimulación adecuada y sistemática, sobre todo durante los tres primeros años, contribuye a desarrollar sus enormes capacidades. Por eso se recomienda que el niño crezca rodeado de estímulos sensoriales y psicomotrices. Es lo que se conoce como «aprendizaje temprano». La primera idea importante que los padres de un recién nacido deben tener es que todo niño llega al mundo con una enorme capacidad para aprender. Tanto es así que a los 6 años, siguiendo el perfil de desarrollo de Doman-Delacato, un niño ya ha aprendido:

-A entender el lenguaje oral

-A leer el lenguaje escrito

-A reconocer un objeto mediante el tacto

-A caminar erguido en patrón cruzado

-A hablar un lenguaje abstracto, simbólico y convencional

-A escribir este lenguaje

Estas seis funciones, se caracterizan, en primer lugar, porque son exclusivas de la corteza cerebral humana y por tanto ningún otro animal de la tierra posee esta capacidad. En segundo lugar, porque son la base de todos los aprendizajes posteriores. Cuanto más asumidas y automatizadas estén estas funciones cuando nuestro hijo comience la escuela (primaria), más posibilidades de éxito tendrá.

Todo esto nos conduce a lo más importante para el aprendizaje temprano: los procesos neuronales sólo alcanzan la plenitud si, a través de los sentidos y del movimiento, llegan estímulos al cerebro en esta etapa de la vida. Y lo más importante: estas funciones humanas superiores sólo pueden llegar a su máximo potencial, si se conceden al niño oportunidades de aprendizaje, durante estos primeros años de especial desarrollo neurológico.

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Los niños con más posibilidades de éxito a lo largo de la historia han sido aquellos que en su casa han tenido un ambiente culturalmente rico, y sus padres, especialmente las madres, guiadas por su amor y su sentido común, han valorado la cultura y han dado oportunidades a sus hijos, desde el primer día, para tocar, ver, oír y moverse. 

Afortunadamente, cada vez hay más parvularios, incluso algunas instancias educativas, que se están dando cuenta de la necesidad de proporcionar a los niños pequeños oportunidades de aprender. No se trata de hacer superdotados, ni de pretender que nuestros hijos sean unos genios. Pero sí se trata de ayudarles a que desarrollen todas las capacidades que llevan dentro para que sean unas personas equilibradas e inteligentes.

Más información: solohijos

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