Caprichos y rabietas

Las rabietas son reacciones bruscas que tienen algunos niños cuando no se les da lo que quieren. Estos comportamientos suelen aparecer alrededor de los 2 años.

Consiste en que ante la posibilidad de tener lo que se quiere, el niño se tira al suelo, patalea, grita y llora.

Según crece en las rabietas tira cosas al suelo, chilla, no entiende nada y puede llegar a agreder al que impide su deseo o incluso a sí mismo.

Los niños piensan que cuando lloran con más intensidad cuando quiere algo y no se lo dan, que de esta forma sí que lo conseguirá. Si el llanto le falla utiliza cosas como los gritos, las patadas, etc, hasta que los padres, ya cansados, acceden a su deseo.

Ellos mismos también saben que es más facil conseguir los deseos si la pataleta es en un sitio público.

Llega un punto en el que los niños utilizan la pataletas para conseguir todo lo que quieren.

Hay que decir que todos los niños pasan por la etapa de las pataletas y, si no obtienen gratificaciones reforzantes desde las primeras apariciones, éstas cesan en poco tiempo.

Si el comportamiento de los padres ante esta situación no es el apropiado, las pataletas persistirán, e incluso irán subiendo su intensidad.

A continuación doy unas orientaciones que todos los adultos deberíamos de seguir ante la presencia de las rabietas:

  • Saber cuándo tiene esta actitud el niño, si en público o en privado.
  • Lo mejor es ignorar el comportamiento del niño por intenso y duradero que sea, igual que no debemos mostrar enfado alguno, ni siquiera con gestos.
  • Aunque esto parezca sencillo, cuando estas situaciones ocurren en la calle son complicadas de actuar de esta forma para los padres. Ellos deberán hablar de cómo actuar si esto así pasa.
  • Procurar no salir o estar con mucha gente hasta que vean que la actitud del niño cambia, ya que estos episodios de rabietas alteran el clima familiar, por lo que es importante aguantar hasta que se supere el comportamiento y que el niño adquiera una conducta satisfactoria.
  • Cuando pensemos que el niño esté a punto de tener una rabieta, lo mejor es distraerle cuanto antes con otra cosa para que se le lleguea olvidar el enfado.
  • Los castigos verbales o físicos son ineficaces y refuerzan la conducta del niño por haber obtenido la atención y el enfado de los padres.
  • Ponerse de acuerdo y las cosas que se le prohíban un d´ñia, no permitírselas al día siguiente, ya que será algo desconcertante para el niño.
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