Recomendaciones para cuidar la alimentación de los niños también en verano, según los expertos de la Fundación España Salud

En España, el 39% de las niñas y el 38% de los niños de entre siete y nueve años sufren de sobrepeso y obesidad. Junto con Grecia e Italia, España presenta las cifras más preocupantes de toda Europa, según datos de la OMS Europa y la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI).

El ámbito nutricional es una prioridad

En las últimas dos décadas, los alimentos frescos y saludables, propios de la dieta mediterránea, han sido reemplazados por opciones ricas en azúcares y ultra procesados. Un estudio de la Universidad de Granada, publicado en 2023 en la revista Nutrients, revela que los niños españoles de entre nueve y doce años consumen más del doble de la cantidad diaria recomendada de azúcares añadidos según la OMS. Las principales fuentes de azúcar incluyen galletas (13,3%), cacao en polvo (11,1%), yogures azucarados (9,9%) y postres lácteos (8,6%). Los productos con menor presencia en la dieta diaria son los zumos, el chocolate y las bebidas refrescantes.

Aunque los hábitos diarios son cruciales, es fundamental prestar atención a la alimentación durante el verano. Por ello, la Fundación España Salud (FES) ofrece algunas recomendaciones para cuidar la dieta de los niños en esta temporada:

  1. No saltarse comidas: Desayuno, comida y cena son igualmente importantes. En cada comida, se debe priorizar una educación nutricional adecuada, enfocándose en productos de temporada. La variedad y la diversidad son clave.
  2. Comer en familia: Es esencial inculcar buenos hábitos alimenticios desde temprana edad. Las vacaciones son una oportunidad ideal para ponerlos en práctica. Además de comer juntos y probar nuevos platos, se puede cocinar con los niños para familiarizarlos con los alimentos. Se deben evitar las distracciones como la televisión o los teléfonos móviles durante las comidas.
  3. Planificar las comidas: Si los niños asisten a campamentos durante el día, es importante considerar el menú que se les ofrece para ajustar las cenas en casa, asegurando una alimentación equilibrada y nutritiva durante todo el día, complementando el desayuno y el almuerzo.
  4. Mantener buenos hábitos sin olvidar disfrutar del verano: El verano es tiempo de relajación y disfrute, por lo que es positivo flexibilizar algunas rutinas. Sin embargo, es importante enseñar a los niños a distinguir entre ocasiones especiales y la rutina diaria, y a entender qué alimentos deben formar parte de su dieta habitual y cuáles son adecuados para momentos ocasionales. Esta lección ayuda a los niños a desarrollar una relación más saludable con la comida y a mantener hábitos alimenticios positivos a lo largo de su vida.
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