Las aventuras de Plic y Ploc
Plic y Ploc son dos gotitas de agua. Son hermanas y viven en la cima de una montaña muy alta, que está siempre cubierta de nieve. Tienen la forma de copitos de nieve.
Una tarde, el sol empezó a brillar con toda su fuerza. Las dos gotitas estaban jugando un apasionante juego de ajedrez…
– ¡Oyes! ¿Estás pensando lo mismo que yo?-preguntó Plic.
– Sí, hermana, guardemos todo que empieza el viaje -dijo Ploc.
Terminaron de guardar el tablero de ajedrez justo cuando la nieve se empezó a derretir. Plic empezó a chapotear en un
charquito y Ploc en otro.
– ¡Nos vemos abajo! -gritaron riendo a carcajadas.
Minutos después los dos charquitos se juntaron y formaron un arroyo que bajaba a toda velocidad. Las dos gotitas jugaban a tirarse agua y a esconderse. De pronto el arroyo
cayó y cayó hasta llegar a un lago enorme. Pero parte del agua no pudo quedar en el lago y siguió su camino hacia un río. Y por el río iban Plic y Ploc hasta que, de repente,
¡llegaron al océano!
– ¡Esto si que está bueno! -gritó Plic-. ¡Te juego a ver quién salta sobre la ola más alta! Y así estuvieron jugando y riendo hasta que el sol se puso a calentar el agua del océano…
– ¡Oyes! ¿Estás pensando lo mismo que yo?-preguntó Plic.
– Sí, hermana, prepárate para volar -dijo Ploc.
Y el agua del océano se empezó a evaporar formando nubes en el cielo. En una de esas nubes iban las hermanas boca abajo, mirando el océano, la tierra, los animales, las casas…
Pero pasó el viento y se llevó la nube.
– Amigo viento, ¿nos llevas a casa? –le preguntó Plic.
– ¡Pero cómo no! -dijo el viento y sopló hacia la montaña.
Y como había pasado mucho tiempo y hacía frío, a la nube le dieron ganas de nevar.
– Y allí estaban nuevamente Plic y Ploc convertidas en nieve y continuando su partido de ajedrez. Eso sí, van a tener que estar atentas porque, en cualquier momento, el sol
comienza a brillar con toda su fuerza y… ¡la aventura comenzará otra vez!