¿Cómo contar la historia de Halloween para niños?

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El día de Halloween se acerca, y es la fecha perfecta para que los niños aprendan algo nuevo. Damos algunos consejos para contar la historia de Halloween para niños.

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Fuente: pixabay

El 31 de octubre cada vez está más cerca, y es una fecha perfecta para que los más pequeños aprendan todo lo relacionado con la celebración anglosajona de Halloween. A continuación, hablamos sobre cómo contar la historia de Halloween para niños.

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Historia de Halloween para niños

¿Qué es Halloween?

Según la definición de la Wikipedia: «Halloween (contracción de All Hallows’ Eve, ‘Víspera de Todos los Santos’), también conocido como Noche de Brujas o Día de Brujas, es una fiesta moderna resultado del sincretismo originado por la cristianización de las fiestas del fin de verano de origen celta. Se celebra internacionalmente en la noche del 31 de octubre, sobre todo en la Angloesfera como Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino Unido, y, en menor medida, en otros lugares como España y Latinoamérica. A pesar de pertenecer al mundo anglosajón, en Australia y Nueva Zelanda no se observa esta costumbre tanto como en los demás países.»

¿Cuál es el origen de Halloween?

Mucha gente no sabe que Halloween tiene un origen celta de unos 3.000 años de antigüedad. Surgió en Irlanda, aunque también se celebraba en países como Inglaterra, Escocia, e incluso en Francia y España, sobre todo en Galicia.

En los pueblos celtas, celebraban una fiesta llamada «Samhain», que quería decir «el final de la cosecha», y tenía lugar el 31 de octubre. Para ellos, era el día que empezaba el invierno y el año nuevo. Además, creían que durante esa noche, los espíritus de sus antepasados volvían a sus hogares, y por eso colocaban velas en las ventanas y dejaban algo de comida a la entrada de las casas.

El tiempo fue pasando, llegaron nuevas creencias, religiones y costumbres, y la fiesta de Halloween se convirtió en lo que conocemos hoy.

La evolución de Halloween

En el siglo XIX, los irlandeses se llevaron la tradición a Estados Unidos, y a principios del siglo XX la celebración comenzó a llamarse «Halloween» y se extendió por todo el país. Un tiempo después, se comenzó a extender también a otros países, gracias, sobre todo, al mundo del cine. A día de hoy, Halloween es una fiesta que ya se celebra de forma regular en nuestro país, en la que los niños disfrutan creando calabazas y disfrazándose.

Las calabazas, las historias de terror, los disfraces de fantasmas, vampiros y la decoración terrorífica, todo ello son las cosas que toman el protagonismo durante el 31 de octubre.

Cuentos de Halloween

Una buena idea en esta fecha tan señalada, además de contar la historia de Halloween para niños, es contar cuentos relacionados con Halloween o cuentos de miedo. A continuación, puedes ver uno de los cuentos más típicos de esta fiesta: «El olor a Fantasmas».

El olor a fantasmas

La casa de los fantasmas tiene una historia, mitad irrealidad y mitad silencio. Ahora es una historia transformada, con olor a paraguas viejo que a veces se asoma por algún ventanal.
 
Esa casa vieja decía a nuestra infancia cosas terribles de imaginar y presentir, pero en todo ello hay algo que es verdaderamente real: nuestro miedo, un miedo tan grande que no nos atrevíamos ni siquiera a pasar por la puerta, ni a pisar su vereda brotada de pastos amarillos.
 
Una vez, Dalmacio, que era el mayor de todos  los chicos, tuvo la audacia de pensar en voz alta:  -¿Y si entramos a la casa de los fantasmas para ver cómo es por dentro?  Un suspenso pálido hizo temblar la respuesta. Hasta que por fin Eufrasia, haciéndose eco de todos, dijo:  -Tanto como el interior no, pero podemos ir hasta el patio de atrás y sacar toronjas, el árbol está lleno, al pasar por la esquina se alcanza a ver como brillan con el sol.   -Está bien, podemos llevar una canasta para bajar muchas toronjas.
 

Y de esa manera, por primera vez tuvimos el atrevimiento de entrar; la puerta herrumbrada, herida en sus goznes, no opuso mayor resistencia al grupo. Íbamos todos muy juntos, azorados, por la vereda de cemento llena de grietas
En el mediodía lleno de domingo el grupo fue acercándose al inmenso árbol de toronjas.  -Suban rápido y alcancen las más grandes -susurro Chela, con la mirada fija en una de las puertas herméticamente cerrada. No podía dejar de pensar en qué momento se abriría para permitir el paso a algún monstruo esquelético muy enojado por nuestro atrevimiento de ir nada menos que a sacar toronjas.
 
Y sucedió, en efecto, que muy lentamente se fue abriendo la puerta; el quejido metálico hizo que cada uno permaneciera en su sitio, como estatuas de vidrio, con las manos llenas de toronjas, las bocas abiertas, puro ojos, puro miedo, cuando del hueco se dibujó un negrísimo movimiento de pelos erizados, cola breve y mirar curioso, que se puso a ronronear amigablemente. -Un gatito negro, ¡qué lindo es! Eufrasia lo alzó. Era lindo de veras, lleno de pulgas y hambre.  -Llevémoslo a casa- fue la proposición de todos. De pronto la puerta se cerró de golpe con tal violencia, que hizo la punta de los pastos. El pánico se apoderó de todos y comenzamos a correr hacia la salida. Llegamos a casa sin aliento, justo cuando la campana llamaba para el almuerzo y justo para contar la aventura.
 
Anacleta puso fin al relato diciendo que esa tarde iba a hacer dulce de toronjas, y acto seguido se adueñó del gato para darle de comer.  -Se llamará Mefistófeles – dijo.
Esa tarde, por los tres patios se extendió el olor a dulce de toronjas, que por supuesto, desde entonces, se transformó en el olor de los fantasmas. Mefistófeles, que tomó la costumbre de pasearse por el borde de las cornisas, continuamente también me lo recordaba…

¿Qué te parece la historia de Halloween para niños?

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