LA SALAMANDRA
¡ Mira que salada
corre por el techo!
Resulta graciosa
si la ves atento,
con su figura
desgarbada
y su gorda cabeza,
la salamandra.
Por el suelo o la pared
segura anda
con sus patas firmes
la salamandra.
Déjala tranquila
que no te molesta
y no la espantes
que cuida tu siesta:
aunque te repugne
en algo su aspecto,
de forma callada
te libra de insectos.
Autor: José García Velazquez